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La Habana y la tala indiscriminada de sus árboles centenarios

¿Cómo es posible que estén talando los árboles de la ciudad de La Habana? Si algo permite soportar la miseria del abandono y la destrucción urbana en algunos barrios de La Habana es el verde de la vegetación, de los árboles. Ese verde tiene una función positiva para el clima y también para la psiquis de los habitantes de la ciudad.

¿Quién es el responsable de esta barbarie? ¿Quién responde a la ciudadanía, al menos de la La Habana, que lleva días compartiendo las fotografías de la tala de árboles centenarios? Esto es un crimen, talar un árbol sin que haya una razón de peligro para la vida de los transeúntes es un daño de un impacto ecológico considerable.

No sé si existen los movimientos ciudadanos para la protección de árboles y jardines y la vegetalización de los muros de los espacios donde después de los derrumbes quedan las ruinas o el vacío. O las azoteas para crear huertos urbanos.

Alguien desde la administración metropolitana debía responder a la ciudadanía. He escuchado comentarios de que están talando para hacer carbón que le venden a Canadá. Juro que me cuesta creerlo, pero si fuera cierto habría que enviarle un mensaje al Sr. Trudeau, tan preocupado por la ecología, para que no compre el carbón miserable producido con la tala de árboles urbanos centenarios.

15/04/2021

Maite Díaz González

Desembocadura del río Almendares

Desembocadura del río Almendares en La Habana

Esta imagen preciosa de la desembocadura del río Almendares con sus yates de vela y sus botes y pescadores. Al fondo la mansión que es ahora el restaurante 1830, sus jardines, la glorieta y su cúpula que le da un aire oriental. Detrás está el Castillo de la Chorrera y a la izquierda La Puntilla.

Estoy tratando de ver desde dónde está tomada la fotografía, parece que el fotógrafo esté en el puente de hierro que aún se conserva, pero creo es desde otro puente que existiría a la altura de la calle Calzada y que desapareció cuando hicieron el túnel de 5ta Avenida que comunica con Calzada y Malecón.

Por cierto, el túnel de la bahía de La Habana lo hizo una compañía francesa con sede en Marsella. Estos túneles del río Almendares que son dos, el de 5ta avenida y el de la calle Línea, fueron realizados por ingenieros cubanos. Otro detalle es que el agua se ve limpia. Cuando urbanizaron las zonas aledañas al río las canalizaciones de las aguas usadas fueron hechas para que todos los desechos se vertieran en el río. Desde el punto de vista ecológico esto es un desastre y condena al río a ser un vertedero pestilente que la población no puede disfrutar.

La encrucijada de 23 y C

El Centro experimental de las Artes Visuales del Vedado lleva el nombre de mi padre, José Antonio Díaz Peláez, que fue profesor de Dibujo y Escultura en la Academia de Bellas Artes San Alejandro durante veinte años, un profesor estimado y querido por generaciones de artistas. En el año 1975, se inauguró la Escuela Elemental de Artes Plásticas y fuimos la primera graduación en 1978. Estudiábamos enseñanza secundaria general en la Escuela de Ballet de 19 y L, de 8 a 13h, y, por las tardes, artes plásticas e historia del arte de las 14 a las 18 horas, en 23 y C; largas jornadas a las que había que sumar las horas de transporte, pues la mayoría de los estudiantes vivían lejos de allí.
Guardo muy buenos recuerdos de todos los profesores que tuvimos durante los tres años de formación correspondientes a los estudios de secundaria: Rosa Oyarzábal, Luis Reyna, Ebert Rojas, Pérez Olivares, Julio Antonio y el director Jorge Rodríguez. Recuerdo en el último año unos retratos que hicimos con modelo, pero había que interpretar el color de una manera que no fuera realista; Luis Reyna cuando llegó a mi trabajo, sorprendido me sugirió que viera los autorretratos de Gauguin; así, cada vez que en París veo un cuadro de Gauguin en las colecciones del Museo de Orsay, me acuerdo de sus sugerencias e indicaciones. En el taller de Ebert pintamos sus botas, viejas botas como las de Van Gogh, que nos dejó después que habían andado mucho; nos sorprendía con los objetos, casi siempre trabajados por el tiempo con los que armaba los primeros bodegones que pintamos. Años más tarde la escuela se fue haciendo más experimental ya cuando nosotros no estábamos allí, pero aquellas primeras lecciones de creación, análisis y reflexión son inolvidables; pintar y dibujar desde la síntesis de la realidad. Aprender a mirar. Con Ebert nos íbamos a pintar paisajes al bosque de La Habana, viajábamos en autobuses públicos, él llevaba en una bolsa las bandejas de aluminio para poner los colores y todos los recipientes para el agua y los pinceles. En la clase de dibujo de Olivares cuando no teníamos modelo hacíamos apuntes muy rápidos, cada uno posaba en el centro con una pose determinada y, al minuto y medio, cambiábamos de posición y condición, de modelos a dibujantes.
En 1988, trabajando en la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, en la Facultad de Educación artística, decidí dejar la universidad porque no soportaba el ambiente ideológico y represivo que podía imponerse. Los colegas de trabajo y mi jefa eran encantadores pero había una imposición general que era insoportable. La decana Elina, no recuerdo el apellido, intentó que me quedara, los alumnos también, pero ya había tomado la decisión después de una serie de acontecimientos que culminaron con la expulsión del decano que fue sustituido, y de un profesor que había sido denunciado por un alumno, esto era común que sucediera. En aquel caso, fue un chiste político el detonante de toda aquella situación que incluyó interrogatorios con oficiales de la seguridad del Estado. Por un chiste. Terminé el curso y empecé a buscar trabajo. Aldo Menéndez me dijo que no podía contratarme en el Taller de serigrafía y me fui a ver a Silvia Margarita del Valle que era la directora en aquellos momentos de esta escuela, la Escuela Elemental de Artes Plásticas 20 de Octubre, había una plaza libre de profesora de pintura y comencé en septiembre de 1988, el año en que falleció mi padre. Allí nos encontramos colegas de la escuela del Cerro que habían cerrado o reducido el número de profesores. Otros viejos amigos. Siempre estaré agradecida a Silvia Margarita por haberme recogido allí y haberme dado trabajo.
A Silvia Margarita del Valle, que fue directora de esta escuela durante años, hoy vive en Colombia, se le debe, que preparando su tesis de Historia del Arte en la Universidad de La Habana sobre la obra de Antonia Eiriz, la pintora accediera a hacer una exposición personal que no fuera en el Museo Nacional de Bellas Artes, (esto lo especificó varias veces y lo dejó bien claro), así, entre 1990 y 1991 junto con ella un grupo de algunos profesores y ex profesores de esta escuela, recuperamos las obras y ensamblajes que estaban en muy mal estado de conservación en el estudio que tenían Antonio Vidal y Guido Llinás en 25 y O, en el Vedado. Además, se sabía que al estar abandonado el taller, los pillos entraban a robar. Todos los ensamblajes de Antonia Eiriz que se encuentran hoy en las colecciones del Museo de Bellas Artes, fueron adquiridos por la institución después de la realización de esta exposición que se tituló REENCUENTRO, en la galería de Galiano.
La escuela ha seguido funcionando y cumplirá pronto 46 años, casi medio siglo de educación y formación en disciplinas creativas. El pintor Emilio Rodríguez que es un veterano profesor, comenzó en los primeros años y seguía trabajando dando clases y transmitiendo sus conocimientos y experiencias.
Es curioso cómo en la ciudad donde nacemos se tejen y se destejen los hilos de nuestras vidas, en ocasiones a pocas manzanas de diferencia. Casi frente a esta casa que alberga la escuela de artes plásticas, nacimos mi hermana y yo y todos mis primos maternos. En la calle 23 #755 entre B y C, en los bajos, existía, todavía en 1963, la clínica materna privada Lamela & Lajonchere. Todavía hasta 1968 la sanidad privada en algunos servicios seguía funcionando. Luego, con la ofensiva revolucionaria de 1968 las consultas dentales y los pediatras no pudieron seguir ejerciendo la medicina privada.
© 2021 Maite Díaz González
Publicado el 12 de febrero de 2021

Marina y José Antonio Díaz Peláez, La Habana, 1928

Marina y José Antonio Díaz Peláez, La Habana, 1928

Tía Marina te abraza. La imagen de la protección y la complicidad que mantuvieron siempre como cuando escaparon de las evacuaciones republicanas que pretendían montarlos en barcos para mandarlos a Rusia y ustedes corrieron cuando vieron que era imposible que les creyeran que vivían cerca y andaban paseando. Al final, los rusos los atraparon. Reíamos con aquella imagen de la huída circular. El destino y la geopolítica de la que no pudieron escapar. Quisiera que regresaras al lugar que amaste tanto. Es un sueño que nos ha acompañado a lo largo de varias décadas y un deseo que tuviste siempre. Pienso en un espacio con tus piezas, un gran prado verde con un relámpago rojo que se me ha antojado en todas sus versiones, el perfil montañoso que recordabas, peña santa, la línea que dibujada en la memoria te iluminaba el rostro mientras definías formas y paisajes, y recordabas rostros y experiencias. Nos acompañas. Vivo con los proyectos de tus arcos y columnas, con las siluetas y las estrellas que también recuerdan las figuras geométricas de seis brazos que cubren el techo de la bóveda románica. Aquel cielo de las constelaciones de la infancia. No te encuentro en una ciudad aunque te gustaban tanto; se me han quedado en el corazón los espacios, los paisajes verdes de las conversaciones y la playa inmensa. La luz y las chispas en tus ojos mientras recordabas. La visita con Posada a aquel prado a las afueras de su pueblo donde lloramos los dos, como dos niños desamparados mientras te recordábamos. Nos queda la naturaleza con ese poder que nos convoca, con esa energía que se cristaliza en el nacimiento. Como esa luz.

Hoy 1° de julio mi padre habría cumplido 95 años. En la foto, mi tía Marina y mi padre en La Habana, en 1928.

José Antonio Díaz Peláez, escultor, dibujante, joyero

josé antonio díaz peláez, escultor, dibujante, joyero
Fotografías y diseño gráfico, © Maite Díaz González (prohibida la reproducción)

Aprender a mirar, valorar sin prejuicios, dialogar con la materia, seguir el instinto. En la fotografía trabaja en unas joyas de ébano y plata, las últimas que realizó para las mujeres de la familia. Unos colgantes de los que me decía que la inspiración venía de la pieza de madera que se utiliza en Asturias para controlar a los animales de tiro, una especie de yunta muy elaborada. Cuando llegué al pueblo de mi abuela en Cangas de Onís encontré un viejo horno de pan, ruedas para carros de madera y hierro y algunos de estos objetos abandonados pues ya no se utilizaban. Quedé sorprendida por la belleza fluida de la pieza, diseñada por el talento popular anónimo y el oficio heredado durante generaciones. No ha habido un Diderot que desde el siglo XVIII se dedicara a censar, dibujar y reproducir la estética perfecta y hermosa de estos objetos utilitarios.

Luego, me fui a la iglesia del pueblo, una pequeña construcción románica del siglo XII que ha sufrido mucho el deterioro y el vandalismo y quedé maravillada con los frescos pintados en sepia reproduciendo un motivo abstracto, como un cielo ordenado. Aquellas estrellas eran también en parte las madres de su última serie de piezas, maquetas que realizó en cartón y que quiso reproducir a una mayor escala para la exposición en Ecuador, en la fundación Guayasamín. Nunca supimos por qué motivo Guayasamín no concretó su invitación, de su entusiasmo inicial, cuando compró una pieza que mi padre donó para una subasta  dedicada a recuperar fondos para ayudar a las familias de los presos políticos en Chile y Uruguay. La exposición no se realizó. Su amigo, el poeta y pintor Fayad Jamís escribió las palabras para el pequeño catálogo que fue impreso. Mi padre nunca viajó a ningún país que no fuera del «campo socialista» después que regresó a La Habana, desde Canadá, en un barco de carga, en 1966. Pero esa, es otra historia.

La tarde en el taller, sin camisa, apurando sus tazas de café y sus cigarrillos, acariciando la pequeña noche en un fragmento de ébano para incrustar con precisión los pequeños puntos de plata, como estrellas, para que las encontremos en el cielo.

© 2015  Maite Díaz González

Regreso del naufragio

juan_sanchez_carlos_enríquez_jose_antonio_diaz_pelaez, La Habana 1953

En el Hurón azul, la finca del pintor Carlos Enríquez, al centro, a la izquierda, Juan Sánchez, grabador y crítico de arte y José Antonio Díaz Peláez en La Habana

Te habría gustado escuchar hoy la noticia sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y, sobre el fin del embargo. Hubieras preferido más precisión e implicación, más exigencia norteamericana, pero sé que la noticia te habría disparado la posibilidad de planes y, sobre todo, la victoria, que los tiranos dejaran de tener la coartada para justificarlo todo.

En el diccionario de la real academia de la lengua española explican el significado de la palabra coartada con una definición muy ajustada a la circunstancia cubana: «Se decía de los esclavos que pactaban su rescate con su dueño.»

La decisión norteamericana del embargo nunca la comprendiste, nunca estuviste de acuerdo y te opusiste siempre porque sabías que las consecuencias las pagaba solo una gran parte de la sociedad. La pobreza, la miseria y lo que llamabas el proceso de haitianización de la sociedad cubana. Hoy he recordado la historia de una fiesta con tus amigos en casa de un funcionario, era fin de año, y aquel hombre que no bajaba del avión y tenía más horas de vuelo que un piloto de Iberia, en un acto de vanidad había sacado un gran libro monográfico sobre Picasso, comprado en París. El libro venía acompañado de un grupo de diapositivas del pintor. El anfitrión con un magnífico proyector de los que no había tampoco en la escuela de arte donde trabajabas, ni el proyector ni las diapositivas de excelente calidad, se esmeró en dar una conferencia sobre Picasso para los amigos de su cuñado. Era así y sigue siendo así el descontrol de los recursos, la corrupción a la griega y la máxima orwelliana de que todos somos iguales pero, algunos, más iguales que la mayoría. Qué ingenuidad política entregar la libertad y creer que todo aquel sacrificio, aquella austeridad, aquella entrega se hacía realmente por el bien común. Recordé también que para las clases de arte precolombino le habías llevado al profesor Alejo las mejores diapositivas que habías sacado en Teotihuacán durante tu viaje a México para la exposición personal en 1959. Te invitaron al otro año a la fiesta del funcionario pero dijiste que no, sin explicar por qué te repugnaba aquel tipo, no sé si vive, pero vivió muy bien durante muchos años como acólito de uno de los santones con capilla en la cultureta de La Habana. Si vieras todo lo que he tenido que soportar en París, las alfombras y los jarrones chinos vuelan lejos y se extienden en muchos salones.

Camino bajo un sol de plomo. Ha muerto un vecino, un hombre bueno, veterano de la guerra de Argelia, lo entierran hoy, la ceremonia de despedida es en la Iglesia del pueblo. La ola de calor en París la comparan con la de 1953, también te falló el corazón un día de calor intenso. Los castaños majestuosos, inmóviles y su sombra protectora. Lejos, en el cielo los aviones brillan en la línea de espera. Camino lentamente mientras miro las ramas dibujarse contra el cielo azul y despejado y les imagino jóvenes aquel verano de 1953 caminando sudorosos por las calles del quartier latin.

©2015 Maite Díaz González

ISOLA EDICIONES, 80s Habana, performance, libro tipo-fotográfico

ISOLA EDICIONES, 80s Habana, performance (pdf)

Quedamos al anochecer en la casa colonial abandonada en el cuchillo que corta la calle 9 y la calle E. Un triángulo inflamable en la calle Línea. La casa está situada en la esquina, justo detrás de la gasolinera. Siempre la vi cerrada. Los jardines se fueron apoderando de los espacios. Los árboles creciendo y levantando los suelos. La casa se iba hundiendo con los años. Era como un personaje decadente y misterioso. Las tejas, rojas y planas, se iban deslizando y solo la reja  alta resistía al abandono y el salitre. Los barrotes de hierro esmaltados de blanco cercaban la vieja casa del performance. La zona, era un espacio detenido y en derrumbe situado en uno de los barrios más modernos de La Habana. Llegué con el temor de que la cámara que llevaba me dejara tirada. No recuerdo si la cámara y el flash eran prestados, o, si me habían prestado un flash y llevaba la mía. Nunca tiraba con flash, pero en las condiciones de la acción, a oscuras, el aparato luminoso era indispensable.

La noche era total en el interior de las ruinas, debía documentar a ciegas, con la agresiva luz del flash sin saber exactamente qué iba a ocurrir. Los actores y los artistas plásticos estaban maquillados con máscaras y alguno llevaba la luz de unas velas, como en los años sesenta, cuando quedábamos a oscuras unas manzanas más abajo, muy cerca de este lugar. La casa era la típica casona colonial del Vedado tras treinta años de abandono. Languidecía, como la ciudad que nos acostumbramos a ver con los comercios sucios y cerrados y las estructuras de los andamios para apuntalar lo que no volvería a ser renovado. Apuntalaban para que la decadencia se produjera en cámara lenta, así, los edificios pasaban años desmoronándose.

El público reunido estaba en medio de la destrucción. La casa destruida como metáfora. La acción duró unos minutos, no puedo precisar cuántos, pero los recuerdos fuertes son como los de estar en medio de un mítin de repudio móvil. Los actores co-rrían entre las vigas de la planta alta que exhibía su estructura rota sin continuidad. Subían y bajaban, andaban a gatas sobre nuestras cabezas, daban gritos, se avalanzaban sobre un muro y pintaban frases con grandes letras y palabras como Volver, Secreto, y, como en el señor de las moscas, actuaba la pandilla y el sadismo del grupo contra el hombre a tierra.

© 2015  Maite Díaz González

El libro Tipo-fotográfico es un work in progress, una memoria con los negativos que he conservado. Pueden enviar sus datos para añadirlos o completarlos a la dirección mail: maite9002@gmail.com. Gracias

ISOLA EDICIONES, dos catálogos de arte

La cerámica como arte transformador de la materia reuniendo la doble función práctica y estética en el objeto, es una de las realizaciones más antiguas de la civilización. Sus fragmentos iluminan hoy las investigaciones sobre los orígenes del hombre ; su desarrollo y etapas de esplendor podemos trazarlas a través de la historia de las huellas de sus alfareros y ceramistas.

Trabajo creativo vinculado con la ciencia de las transformaciones de las tierras y minerales mediante el fuego para desde la imitación de los procesos más profundos de la naturaleza, los de las mezclas y las fusiones, las fragmentaciones y colisiones devolvernos piezas fruto de la maestría y el azar, tocadas por la belleza y el misterio de la creación.

Con estas dos publicaciones dedicadas a los ceramistas Julia González Fornés y Juan Carlos Molina García, también escultor, comenzamos el año.

Julia González Fornés, ceramista

Julia González Fornés
Catálogo Julia González Fornés. CERÁMICAS y ESCULTURAS (edición pdf)

 

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Juan Carlos Molina García
CERÁMICAS / ESCULTURAS. Catálogo Juan Carlos Molina (edición pdf)

París 1953, José Antonio Díaz Peláez y Tomás Oliva

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El edificio intemporal -como la buena arquitectura de la tradición oriental- se eleva y fluye con ligereza. El cuerpo está montado sobre columnas y los muros son transparentes como las galerías de La Coruña que  sorprendieron alguna vez al arquitecto. El asombro en el puerto gallego formaba parte de las historias contadas de mi padre que admiraba la obra de Le Corbusier, su sentido del espacio, la síntesis y la visión integral de los volúmenes y el espacio. Más, alguna magia secreta de los números, los módulos y las proporciones. Los jardines se mantienen con los setos bajos y rectangulares como aparecen en la fotografía tomada en 1953. El edificio realizado en 1931 se conserva como si estuviera acabado de construir,  los árboles bajos han crecido y el rectángulo aéreo flota en un jardín suavizando sus  aristas más rotundas.

Cuántas veces habremos visto juntos esta y otras tantas fotografías y documentos. Recortes de prensa, catálogos y notas amenizados por sus historias y sus anécdotas. Fragmentos de una memoria y una vida viajera dominada por l’errance. Los viajes. La máxima sobre el camino, más interesante que la posada. Conversábamos mucho en casa.  Un espacio al que llegábamos para sentarnos a orillas de un lago transparente, apacible y profundo. Siguiendo la tradición converso con Elisa y trato de que fluya la memoria familiar para que el espejo del lago sea un manantial sereno, un relato que también deberá acompañarla. La historia de una familia marcada por los cortes bruscos de los acontecimientos contra los que nada o casi nada podemos hacer. Las guerras, las revoluciones, las dictaduras, las injusticias. Las memorias van ocupando un espacio, mezcla de olvido y elección. La experiencia sería el proceso en el que también cartografiamos para transmitir,  y, con el tiempo, vemos cómo se repiten ciclos entre las generaciones, y cómo el golpe regresa en el tiempo para avisar, como si la vida pasada, como si la experiencia de las generaciones anteriores no hubiera sido suficiente para comprender.

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Cristo saliendo de La Habana

Quedábamos para reunirnos en el cementerio Colón el día 2 de noviembre, ya nadie se aventura a visitarlo, el cementerio se ha convertido en un lugar peligroso. Mi padre me decía con humor, de los muertos no hay nada que temer, cuídate de los vivos. Cada año comprábamos flores y nos reuníamos mi madre y mis tías en aquel sencillo rito familiar para recordar a los padres y abuelos, y en mi caso, dos bisabuelos maternos -catalanes- que allí están enterrados. Con ellos comienza la familia, fueron los primeros en llegar a La Habana pocos antes de que terminara la guerra de independencia. Sobre el mármol los nombres y las fechas de nacimiento y muerte. Barcelona, Sant Marti de Provençal, Los Llanos de Aridane, Somiedo, San Martín de Grazanes. Nada exótico, el cementerio como la urbe fue cosmopolita y diverso.

El sol inclemente hacía relucir las bóvedas de granito y mármol. Las piletas para el agua era el único sonido que borboteaba en el silencio. Los autobuses de turistas se concentraban en la rotonda de la Iglesia, y durante el paseo encontrabas personas que se acercaban para renovar los ramos, atender los jardines o limpiar los panteones y las bóvedas. Alguna vez vi a alguien conversar con el difunto en animada charla o comentar con algún vecino propietario los frecuentes vandalismos. La familia pagaba a un señor que se encargaba de encerar para proteger del sol la piedra y evitar que las raíces del pequeño laurel levantaran el suelo o se fueran apoderando de las piedras.

Mi padre y yo paseamos muchas veces como si visitáramos las salas de algún museo europeo.

A menudo los domingos nos acercábamos un rato. Algún amigo encontraba excéntrico dedicar tiempo a aquellos paseos, pero el cementerio de La Habana es, o era, uno de los más hermosos, precisamente por sus piezas y conjuntos escultóricos. Se detenía siempre ante un panteón peculiar por su diseño piramidal y sus piezas realizadas en bronce y mármol blanco, posiblemente de Carrara. El panteón pertenecía o pertenece a la familia Falla Bonet y había sido realizado por el escultor valenciano Mariano Benlliure.

Nos detuvimos muchas veces frente a la puerta de bronce decorada con un bajorrelieve, unas figuras de espalda llevan un féretro a hombros. Mi padre descubría la superficie y explicaba la astucia del genio para lograr aquel dibujo delicadísmo con el que nos adentrábamos en un espacio donde resplandecía un sol oscuro y frío. Luego dábamos unos pasos atrás y admirábamos el Cristo dibujado contra el cielo azul y luminoso de La Habana, unas manos delgadas que parecía podíamos tocar. La pieza descansaba sobre un volumen circular coronando la pirámide y su leve inclinación junto al paso de las nubes la ponía en movimiento. Todo se jugaba en las proporciones, la sutil inclinación y el dibujo sinuoso de los paños sobre el cuerpo hasta coronar el rostro magro. A veces hablábamos del azar, y de cómo éstas piezas estuvieron protegidas en el puerto de Valencia a pesar de la furia de la guerra civil española, cuando ya embarcadas y camino de La Habana escaparon a los bombardeos y a las ráfagas que dejaron sus huellas en el granito oscuro. Las marcas de la guerra.

© 2012 Maite Díaz González

Carlos Alberto Montaner: Diez razones para votar contra Chávez

Carlos Alberto Montaner enumera en diez puntos las razones por las cuales los venezolanos no deberían votar a Chávez en las próximas elecciones. Chávez está enfermo de cáncer, Mitterrand durante su último mandato gobernó también enfermo con un tratamiento fuerte que le transformó físicamente, pero la diferencia es la organización democrática de cada país, la solidez de sus instituciones y el respeto de la Constitución. Francia es una democracia sólida donde se practica la alternancia y se respeta a los ciudadanos a partir de unos derechos y libertades -y también deberes- que debemos cumplir todos independientemente de las creencias religiosas, las afiliaciones políticas o las comunidades o etnias culturales a las que pertenecen las personas.

Los políticos en América Latina, los más mediáticos -que son los de la izquierda- son herederos de lo peor de las tradiciones políticas occidentales que han legitimado la violencia (Chávez y Castro son militares como Ortega, más las guerrillas y bandas que destrozan la paz social en centroamérica)
más el añadido de la falta de cultura política y democrática en éstos países.

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La Habana, «MAM» en el Espacio Aglutinador

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ESPACIO AGLUTINADOR

IT’S ALREDAY OPEN TO THE PEOPLE TILL JULY 30TH.

«MAM= Museo de Arte Maníaco»

Expo personal de Sandra Ceballos FROM 13 TO 20 HOURS

25 STREET, CORNER TO 6 STREET, #602 VEDADO.
HAVANA CITY

PHONE: 537-8302147         53-5-2913215                    www.espacioaglutinador.com

Texto del escritor Victor Fowler sobre Sandra Ceballos y fotos de las piezas de la exposición en formato pdf : mam_ victor_fowler_sobre_sandra_ceballos


Oscar Elías Biscet: «Los cubanos seremos libres con solidaridad o sin ella»

Oscar Elías BiscetRenombrados estadistas y líderes religiosos de diferentes denominaciones y de diversos países se han destacado en las últimas semanas por su falta de solidaridad con la libertad y la democracia del pueblo cubano. Especialmente nuestros mal llamados hermanos latinoamericanos. En ellos ha predominado un fuerte interés económico-comercial por encima de los principios y derechos humanos fundamentales que son universales para todos los pueblos. Quienes hacen causa común con la dictadura castrista le niegan al pueblo cubano las libertades que ellos y sus pueblos disfrutan.
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Artículo recibido desde La Nueva Nación

Dr. Oscar Elías Biscet  

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Medalla Presidencial de la Libertad

lawtonfoundation@lawtonfoundation.com –www.lawtonfoundation.com

Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet

La Habana, el Teatro El Público de Carlos Díaz

Teatro El Público, cien funciones de Noche de Reyes
2012 graphic design maite diaz gonzalez

El teatro El Público celebra la representación número 100 de la comedia de Shakespeare Noche de Reyes dirigida por el metteur en scène Carlos Díaz .

El Público está en lo que era el cine Trianón en el Vedado. Allí trabaja como productor mi amigo Marcos Dieppa.  Julia González Fornés, ceramista, les ha hecho la placa de cerámica para la celebración. Hoy Mamá no cumple cien años, cumple 78, FELICIDADES  y desde aquí van a La Habana los besos para ella y todos los amigos: Carlos, Marcos, Vlady y toda la trouppe.
Teatro El Público, La Habana, Carlos Díaz y Julia González FornésCarlos Díaz y Julia González Fornés, mi madre, a la entrada del teatro

La Habana, expo en el Espacio Aglutinador

Exposición Espacio aglutinador




Para descargar la invitación del Espacio Aglutinador en pdf,  aquí

Para qué va el Papa a Cuba y cuánto cuesta el viaje a los cubanos

I
La asociación «Damas de Blanco» ha enviado un documento al Papa Benedicto XVI que viajará a Cuba el próximo 26 de marzo. El testimonio incluye un texto de denuncia de la represión y la situación política dictatorial que sufre la isla desde hace más de cincuenta años. En éstos días previos a su visita la represión a las Damas de Blanco se ha recrudecido.

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José Martí Pérez (1853 -1895)

Diario de Campaña. José Martí (La Habana, 1853 – Dos Ríos, 1895)

LA MEJORANA

Mayo 5. -Maceo nos había citado para Bocucy, a donde no podremos llegar a las 12, a la hora que nos cita. Fue anoche el propio, a que espere en su campamento. Vamos, con la fuerza toda. De pronto, unos jinetes. Maceo, con un caballo dorado, en traje de holanda gris: ya tiene plata la silla, airosa y con estrellas. Salió a buscarnos, porque tiene a su gente de marcha: al ingenio cercano, a Mejorana, va Maspón a que adelanten almuerzo para cien. El ingenio nos ve como de fiesta: a criados y trabajadores se les ve el gozo y la admiración: el amo, anciano colorado y de patillas, de jipijapa y pie pequeño, trae Vermouth, tabacos, ron, malvasía. «Maten tres, cinco, diez, catorce gallinas». De seno abierto y chancleta viene una mujer a ofrecernos aguardiente verde, de yerbas: otra trae ron puro. Va y viene el gentío. De ayudante de Maceo lleva y trae, ágil y verboso, Castro Palomino. Maceo y Gómez hablan bajo, cerca de mí: me llaman a poco, allí en el portal: que Maceo tiene otro pensamiento de gobierno: una junta de los generales con mando, por sus representantes, -y una Secretaría General:- la patria, pues, y todos los oficios de ella, que crea y anima al ejército, como Secretaría del ejército. Nos vamos a un cuarto a hablar. No puedo desenredarle a Maceo la conversación: ¿pero V. se queda conmigo o se va con Gómez?» Y me habla, cortándome las palabras, como si fuese yo la continuación del gobierno leguleyo, y su representante. Y en tono herido- «lo quiero -me dice- menos de lo que lo quería»- por su reducción a Flor en el encargo de la expedición, y gasto de sus dineros. Insisto en separarnos ante los representantes que se reúnan a elegir gobierno. No quiere que cada jefe de Operaciones mande el suyo, nacido de su fuerza: él mandará las cuatro de Oriente: «dentro de 15 días estarán con Ud. -y serán gentes que no me las puedan enredar allá el sabio Martí». -En la mesa, opulenta y premiosa, de gallina y lechón, vuélvese al asunto: me hiere, y me repugna: comprendo que he de sacudir el cargo, con que se me intenta marear, de defensor ciudadanesco de las trabas hostiles al movimiento militar. Mantengo; rudo el Ejército, libre, -y ,el país, como país y con toda, su dignidad representado. Muestro mi descontento de semejante indiscreta y forzada conversación, a mesa abierta, en la prisa de Maceo por partir. Que va a caer la noche sobre Cuba, y ha de andar seis horas. Allí, cerca, están sus fuerzas: pero no nos lleva a verlas: las fuerzas reunidas de Oriente -Rabí, de Jiguaní, Busto de Cuba, las de José, que trajimos. A caballo, adiós rápido. «Por ahí se van Uds.»- y seguimos, con la escolta mohina; ya entrada la tarde, sin los asistentes, que quedaron con José, sin rumbo cierto, a un galpón del camino, donde no desensillamos. Van por los asistentes: seguimos, a otro rancho fangoso, fuera de los campamentos, abierto a ataque. Por carne manda Gómez al campo de José: la traen los asistentes. Y así, como echados, y con ideas tristes, dormimos.

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Manuel Fraga Iribarne (1922-2012)

Manuel Fraga Iribarne en el Castillo del Morro en La Habana

La foto excelente de Fraga (EFE) es del especial del periódico El Mundo, al pie del cañón en el Castillo del Morro de La Habana durante su viaje en 1991.

Cuando Fraga daba miedo,

por Rosa Montero en EL PAÍS

El gallego que pudo ser cura o militar y eligió ser Fraga

por Manuel Jabois en EL MUNDO

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Manuel Fraga Iribarne  no emigró con su familia a Cuba en los años veinte, nació en Cuba. Es curioso que no aparece este dato en su biografía en la Wikipedia, ni en los artículos que he leído. Era lo que tenía en la memoria de aquel viaje en 1991, pero no estaba segura si había estado en 1990 o 1991 en La Habana invitado por Fidel Castro. Contaban que corrieron a arreglar y pintar el pueblo donde había vivido durante su infancia en la parte oriental de la isla. Sus padres regresaron en 1928 a España. La generación de Fraga estuvo muy marcada por una relación fuerte entre Cuba y España tras la independencia y la  emigración que se produjo desde la parte norte de la península hacia la isla. Luego la Guerra civil española y  la Revolución cubana, dos hechos violentos, marcaron los intercambios y las relaciones entre los dos países que han mantenido siempre relaciones diplomáticas y gubernamentales a pesar de los conflictos generados después de 1959,  siendo Franco y Fraga viscerales anticomunistas. El misterio gallego.

«La plataforma Cuba Democracia ¡Ya! ha expresado sus condolencias por la muerte de Fraga, al que se ha referido en un comunicado como «un pilar fundamental» para la Transición a la democracia en España, «que quiso lo mismo para Cuba». En la nota se destacan las «labores diplomáticas en favor de la democratización de la isla» que llevó a cabo Fraga.» (elmundo.es)

El poeta Manuel Díaz Martínez, ha publicado en su blog una serie de cartas de su correspondencia con Manuel Fraga Iribarne que medió en la liberación de varios prisioneros políticos  y específicamente en la liberación del poeta Raúl Rivero.

Ahmadinejad, legitimado por la Universidad de La Habana

Fragmento del periódico  Le Monde. fr

Ahmadinejad propone un «nuevo orden mundial»

El presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad hizo un llamado el miércoles para  un «nuevo orden mundial»  basado en la justicia, frente a «la decadencia del capitalismo» que se encuentra, según él, «en un impasse». «Observamos que el sistema capitalista está en decadencia, en algunos lugares, se encuentra en un impasse», afirmó el presidente iraní durante una conferencia en la universidad de La Habana, horas después de su llegada a Cuba para una visita de 24 h, como parte de una tournée regional. Mahmoud Ahmadinejad ha juzgado necesario el establecimiento de un «orden nuevo, una nueva mirada, que respete a todos los seres humanos, basado en la justicia». – (con AFP)

La dictadura cubana ha tenido y tiene sus aliados, sus estrategias políticas y de propaganda, sus libelos, sus funcionarios que preguntados sobre la libertad de prensa dicen que «la occidental» es algo así como una conspiración, una trama, algo definido y repetido. Una definición de propaganda en los medios informativos que, por otra parte, define muy bien a la prensa en Cuba. La prensa occidental que ha combatido en democracia y en resistencia el fascismo, el estalinismo y las dictaduras de todo tipo no merece respeto ni credibilidad. Es la historia de la prensa capitalista y ésto la desacredita. No es asombroso el argumento pues cuando estudié bellas artes las clases de historia del arte en la universidad se dividían en dos materias ideológicas para explicar el siglo XX: Análisis de la Plástica Socialista y Análisis de la Plástica Capitalista, en ésta última materia era donde estudiábamos las vanguardias y reconocíamos la libertad como condición fundamental para el desarrollo de cualquier experiencia cognitiva y creativa que pudiera resultar de interés. Entonces, durante los años ochenta y desde las aulas de la  Universidad y los debates que se establecían ya sabíamos a qué respondían éstas definiciones «pedagógicas».

Ahmadinejad ha llegado a La Habana como el nuevo mesías, promete un nuevo orden mundial basado en «la Justicia.» Un nuevo orden religioso porque no podemos situar a éste señor en los terrenos de las clasificaciones heredadas de los parlamentos democráticos occidentales, pero quién sabe, con la visita del Papa a La Habana cualquier nueva alianza exótica podría suceder. La visita no es solo política hay una dimensión de legitimación intelectual en todas las ceremonias, conferencias y órdenes académicas que ha recibido.

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Amadeus de Milos Forman

Entre 1989 y 1991 los hechos se aceleraron de una manera vertiginosa, lo que pensábamos eterno desapareció en pocos meses. El comunismo. En aquella época, pocos años antes en La Habana con las remodelaciones les cambiaban los nombres a los restaurantes y los teatros por las ciudades del «campo socialista» o sus ideólogos, quedábamos en el Sofía que antes había sido el Praga, o en el Moscú, íbamos al Karl Marx o al Yang Tsé. Un lugar más diluido era la Casa de la cultura checa y aquel aire acondicionado estepario en los calores de La Habana, los libros y los discos: las corales de Bach y las estaciones de Vivaldi. Si entre Praga y La Habana, hay algún hilo reciente más allá de la experiencia comunista, casi seguro es el de la buena música. Hemos vuelto a ver  hace un par de días Amadeus de Milos Forman filmada en el invierno de Praga. Una película sobre la vida de Mozart en la que en realidad el personaje principal es Salieri y la trama, un retrato del poder y la miseria humana. Salieri encarna el poder de la mediocridad y de la hipocresía de una manera magistral. La locura en que lo sumerge la envidia y la admiración, el esfuerzo por borrar la energía creativa imposible de controlar. Mozart era la alegría de vivir, la facilidad del talento, la libertad, la música como agua clara a borbotones. Lo increíble es constatar cómo la mediocridad siempre logra imponer su escenario. Los mediocres y la censura, el ejercicio del poder de aquellos personajes que deciden, sean funcionarios o simples lapas de los poderosos. Hoy nadie se acuerda de Salieri pero en aquella época era el que gozaba de todos los favores del Emperador y su corte. El poder y el arte, y el arte del poder. Los burócratas y los funcionarios siempre dispuestos para encorsetar y dictar lo que debe hacerse y cómo. Para Milos Forman seguro fue una revancha filmar la historia de Mozart en Praga de donde había tenido que marcharse por la censura y los dictados de las políticas culturales en la época del realismo socialista, aquella aristocracia comunista. El concepto de la monarquía y sus jerarquías establecidas en las castas de la aristocracia como estructura de los partidos repite los mismos vicios en el poder. La Viena liberal de los teatros de variedades y las óperas en la época de Mozart, era parte de la tendencia libre e innovadora de lo que que serían  los teatros y cabarets de variedades que fueron tan populares en Europa en el siglo XIX y principios del XX. El realismo de la vida frente a la cursilería del bibelot. El humor expansivo, la sátira y la carcajada en espacios de creación en los que se mezclaban sensibilidades y clases sociales. Espacios de libertad donde además de humo y alcohol se reunieron las vanguardias, la sensibilidad y la inteligencia.

© 2011 Maite Díaz González