La Tribuna, obra de Antonia Eiriz, colección Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. El cuadro tiene algo de premonitorio, las banderitas de papel con las siglas PCV hacen referencia al partido comunista venezolano.
Un testimonio imprescindible para comprender una época de la historia cubana y cómo se institucionalizó la mordaza, también el miedo, después de éste escarmiento programado para silenciar.
La escritora cubana Belkis Cuza Malé, esposa del escritor Heberto Padilla, narra el proceso estalinista a que fueron sometidos, obligados a retractarse públicamente de sus ideas críticas desde el chantaje político y la obligación de asumir públicamente una culpa (de traición) por expresar sus opiniones disidentes. El comunismo funciona como una secta, es igual de dogmático e intolerante y utiliza los rituales de los integrismos religiosos: los autos de fe, la retractación, los sacrificios. Es un sistema que no funciona desde la razón y el análisis de la realidad. Un dogma ideológico que trata de controlar las ideas y la opinión para mantenerse en el poder.